TRINEO
Para deslizarse sobre hielo, sobre nieve, pero en la Imaginación es todo lo
contrario: es para deslizarse por lo
caliginoso. Sería un trineo en el campo
raso
de una noche calurosa, bajo destartalada luna, y en paisaje que transpirara la
humedad de un verano sin redención. Por lo que al Lector, habituado a conocer el
sueño de la nieve de los trópicos, se le propondrá entonces, como
aporía, esta
aberración consistente en soñar un trineo en pleno verano.
Lorenzo García Vega